En Afganistán el gobierno está llevando a cabo un programa de destrucción masiva de los cultivos de amapolas, plantas de las que se extrae el opio. Pero este método ha tenido un efecto colateral drástico en las familias campesinas a las que los traficantes de droga prestaron dinero para plantar sus campos. Una vezdestruido el cultivo, los agricultores no pueden pagar los préstamos.
“Niñas de apenas 6 años son vendidas como esclavas sexuales para salvar a sus padres“
Estos campesinos lo único que poseen de valor son sus hijos y, en particular, sus hijas como moneda de cambio. Ante las amenazas de muerte de los traficantes, niñas de apenas 6 años son vendidas como esclavas sexuales para salvar a sus padres. Muchas familias tratan de marcharse pero temen que, vayan donde vayan, los encuentren los traficantes. Una vez secuestradas, pocas niñas logran escapar de su cautiverio. En un país donde el Gobierno es reacio a admitir los abusos sexuales a niñas, las víctimas sólo tienen un puñado de refugios privados a los que acudir.
La OTAN desea que los agricultores cuyas cosechas han sido destruidas desarrollen cultivos alternativos, como el trigo o el mijo, pero para ellos los beneficios que obtendrían de ello serían minúsculos comparados con los generados por el opio. Algunas comunidades agrícolas han empezado a contraatacar con enfrentamientos con los policías que van para destruir los cultivos. Mientras algunos agricultores se enfrentan a la policía, otros cultivan opio lejos del alcance del Gobierno hacia la frontera con Pakistán, en pleno territorio talibán. El narcotráfico es la principal fuente de ingresos de los talibanes.Supone más de 300 millones de dólares al año que les permiten financiar su lucha armada, y que obtienen, en gran medida, dejando pasar a los narcotraficantes por las zonas fronterizas que controlan.