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Millennium 2: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina

Es una película sueca estrenada en 2009, dirigida por Daniel Alfredson y protagonizada por Michael Nyqvist y Noomi Rapace.1 Está basada en la novela homónimade Stieg Larsson.
Han pasado dos años de lo ocurrido en Hedestad y Mikael Blomkvist (Michael Nyqvist), que goza de cierto prestigio profesional, trabaja mano a mano junto al freelance Dag Svensson (Hans Christian Thulen) en un libro sobre el tráfico de mujeres en Suecia. Todo cambia cuando él, su pareja y el administrador Nils Bjurman (Peter Andersson) aparecen asesinados y todas las pistas apuntan a que la autora de los tres crímenes es, nada más y nada menos que, Lisbeth Salander (Noomi Rapace). Entonces, Mikael Blomkvist decidirá investigar los crímenes por su cuenta para demostrar la inocencia de la que un día fue su amiga ¿O, realmente, es Lisbeth Salander una asesina?.
La minicrítica en violeta:
Película basada en la segunda parte de Millenium de Larsson, tanto la película como el libro versan sobre la violencia de género. Estupenda Noomi Rapace que interpreta al personaje de Lisbeth Salander, la verdad, nos la imaginamos así. De todas formas, me gustó más el libro. 
Película perfecta para denunciar. 

 
Os invito a leer un artículo que escribí hace un tiempo sobre Lisbeth Salander:
 

Hace mucho tiempo que acabé el tercer tomo de la trilogía de Millenium. Ya se que es un fenómeno editorial y cinematográfico, un best-seller y todo eso; pero eso a mi no me preocupa, realmente me da igual, siempre he leído y he visionado lo que me ha apetecido.
 
Lo que sí me preocupó, y mucho, es que iba a echar de menos a Lisbeth Salander. Ese personaje femenino maravilloso y central en la historia, me atrevería a decir que ella es la historia en si misma. Estoy contenta de que una heroína como esta mujer haya sido capaz de enganchar a trece millones de lectores y lectoras, y a no se cuantas personas espectadoras de cine en todo el planeta, me sorprende y alucina, pero me encanta, me ocurre como a Gemma Lienas cuando decía en su blog que:
No deja de sorprenderme -y de confortarme- que hayan entusiasmado a tanta gente unas novelas impregnadas de feminismo, feminismo que se traduce en los temas elegidos y su tratamiento: la violencia de género, el incesto, la explotación sexual de las mujeres mediante la prostitución… y que se resumen en uno, la misoginia. Feminismo que se percibe en el planteamiento de los principales personajes femeninos, Lisbeth Salander y Erika Berger, autónomos desde todos los puntos de vista. Y feminismo también el del personaje masculino, Mikael Blomkvist, cuyas relaciones con las mujeres son libres, respetuosas y equitativas”.
Ciertamente me han gustado más el primer y el tercer tomo que el segundo, pero esto no es hándicap para esta tarea, ya que Lisbeth Salander es como dice Gemma Lienas una feminista, pero mucho más. Es una queer, no se plantea su sexualidad, la disfruta, no cuestiona a las personas por su aspecto o posible orientación sexual, no se lo plantea para nada. Es un ejemplo escrito del respeto a las identidades múltiples y diversas. Además es un personaje sugerente y como tal está presentada, no responde a los canones de belleza actuales, pero pese a ello es atractiva. Además es contradictoria, se hace una operación de cirugía estética para ponerse pecho, ¿por qué no?.
Esta rodeada de un aura de deconstrucción bestial, ya que no responde a estereotipos o roles femeninos. No responde a un código ético establecido, tiene uno propio, un código muy estricto absolutamente intolerante con los hombres (y mujeres) que no aman a las mujeres. De hecho ha sido capaz de construir un mundo diferente. Como dice Nuria Espert en una entrevista que le realizaron en el periódico Público:

«Lisbeth Salander es un personaje femenino a la altura de Lady Chatterley.

¿Cómo le puede gustar Lisbeth Salander siendo tan cruel, tan violenta? Y además no confía en nadie.
¡Cómo no va a ser tan violenta! Es una mujer que ha sufrido muchísimo. A su madre la mandaron a un psiquiátrico de una paliza y a ella también. Yo comprendo que reaccione así. Y esa desconfianza es normal cuando te han maltratado tanto.
¿Cree que es una mujer nueva?
No, no es una mujer nueva. Es una mujer destrozada. A mí me recordaba mucho a la Jodie Foster de la película Acusados, después de recibir una brutal violación colectiva. Larsson ha sido listísimo al crear este personaje de Lisbeth, que está a la altura de una Lady Chatterley o un Maigret, y que quedará en la literatura”.
 
Es curiosa la formulación de las preguntas, con un juicio explicito de que ha de ser una mujer. Muestran claramente ese concepto perverso de las víctima (superviviente en este caso) que nuestra sociedad tiene. Donde la discriminada, violada, asesinada,.. es puesta en cuarentena para ¿a ver que ha hecho?…
 
Estoy plenamente de acuerdo con Nuria Espert, esa dureza ante la adversidad y todo lo que ha padecido, es sobrecogedora.
 
Estamos tan poco acostumbradas a vernos como personaje central, a estar invisibilizadas, de ahí la sorpresa de la periodista “y la mujer nueva”. Que cuando vemos una personaje con estas características nos llama la atención sobremanera y la verdad nos hace feliz. Feministamente felices.
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