Verónica Fernández, Irene Cardona, Ana Díez, Natalia Mateo y Alicia Luna debatieron ayer en la Universidad Carlos III de Madrid sobre el rol de la mujer en la industria audiovisual.
Las cinco mujeres, profesionales activas dentro del mundo del cine y la televisión, conversaron en una mesa redonda difundida bajo el titular “Mujeres, cámara, acción” organizada desde la asociación universitaria “modus”, entre cuyos objetivos está potenciar la conversación y creación de cine y televisión en el ámbito universitario.
El evento tuvo lugar en la sala Pilar Azcárate de la universidad, rindiendo homenaje a la vicerrectora de Igualdad y Cooperación recientemente fallecida. Así lo recordó al principio del debate la moderadora de la asociación, tras dar gracias a todo el alumnado que había completado el aforo de la sala: “sois vosotros los que construis una universidad pública de calidad”.
Los hilos conductores de la reflexión fueron las medidas a tomar ante la falta de mujeres en los puestos audiovisuales de relevancia. Alicia Luna, directora de la Escuela de guión de Madrid, comenzó planteando un cambio de discurso: “hay que acabar con la queja, las mujeres necesitan un avance silencioso”. Por el contrario, Ana Díez, profesora de la universidad y directora de “Ander eta Yul” apostaba por el ruido: “la solución debe pasar por una discriminación positiva”.
Por su parte, Verónica Fernández, guionista especializada en televisión y ganadora de un Goya por El Bola, admitía que nunca había tenido problemas en su carrera profesional por el hecho de ser mujer: “yo quiero ser un modelo”. No obstante, se mostraba preocupada ante el rol sensible o romántico que se le ha llegado a imponer por su género: “no quiero que nadie me quite la posibilidad de escribir lo que me dé la gana, cine de acción, o personajes masculinos y rudos”.
Además, todas plantearon la problemática de la “mirada”. Irene Cardona, directora de “Un novio para Yasmina”, sacaba a colación un cuadro en el que se representa la fundación de la Real Academia de las Artes. En éste, el papel de la mujer “no está con los artistas y creadores, sino como imagen”. Natalia Mateo, actriz y directora, añadía que, tristemente, “la mujer deja de ser sujeto para ser un objeto de la mirada masculina” y reivindicaba otro tipo de personajes femeninos: “la mujer de entre 35-40 años no pasa los filtros”.
Alicia Luna, que confesaba llevar al menos veinte años preocupada por el tema de la mirada, animó a que los estudiantes formaran su propia mirada reflexiva en lugar de la impuesta: “los modelos que se ofrecen a la sociedad son muy sesgados, y todos los hacemos nuestros inconscientemente”.